APUNTE BIOGRAFICO
Maria Sibylla Merian
Arte
Maria Sibylla Merian nació en Fráncfort en un ambiente artístico. Era hija de Matthäus Merian, exitoso grabador y editor originario de Basilea. Aunque Matthäus murió cuando ella sólo tenía tres años, el ambiente artístico continuó: su madre, Johanna Sibylla Heim, se casó con el pintor de flores Jacob Marrel, en cuyo estudio la pequeña Maria pudo aprender técnicas de ilustración, dando así herramientas a su enorme talento. Ella misma contaría más tarde que en su infancia recogía flores e insectos para dibujarlos.
En su obra se aprecia una minuciosa atención por el detalle, fruto de la precisa observación de la realidad. También destaca la capacidad para representar la esencia de animales y plantas, que en sus obras aparecen todavía vivos y frescos. Por estas características, se la considera todavía como una de las mejores ilustradoras de Historia Natural de toda la Historia del Arte.
Ciencia
Antes de que Alexander von Humboldt y Charles Darwin hubiesen siquiera nacido, Maria Sibylla Merian abrió el camino de la exploración científica por un genuino interés por el conocimiento. En una época en que las expediciones apenas existían, se embarcó en un arriesgado viaje a Surinam en 1699 para poder ampliar sus conocimientos in situ, gracias a una beca de la ciudad de Ámsterdam. El hecho de planificar un viaje científico con una ayuda pública es un concepto totalmente revolucionario para el siglo XVII. Su gran expedición a Surinam, de casi dos años, terminó sólo en el momento en que contrajo la malaria, debiendo volver a Europa.
Centró su carrera en el estudio de la metamorfosis de los insectos, un campo en el que sólo se le adelantaron Johannes Goedaert (1620–1668) y Jan Swammerdam (1637–1680), ambos de la generación anterior a la suya. Llegó a documentar el proceso metamórfico de más de doscientas especies, en una época en que todavía se creía que los insectos surgían por generación espontánea en el lodo en putrefacción. Entre sus lujosas publicaciones, destaca el resultado de su expedición, Metamorfosis de los insectos del Surinam. Publicada en Ámsterdam en 1705, fue una edición lujosa para la cual Maria no reparó en gastos: como no podía vivir sólo de la pintura, impartía cursos de dibujo y vendía utensilios de pintura y preparaciones a base de plantas para poder mantener su vida y su investigación.
Vida
Prácticamente todo el entorno vital de Maria era artístico. Además de su padre y su padrastro, también su hermano mayor Caspar era pintor. Sin embargo, ninguno de ellos llegó a destacar tanto en su propio campo como Maria. Se casó -obviamente con otro pintor, Johann Andreas Graff– pero se divorció de él en 1685 para entrar en una comuna pietista en Frisia, llevándose a su madre y a sus hijas (Johanna Elena y Dorothea Maria), que también eran pintoras y la ayudaban en sus proyectos.
Sus estudios, publicados en alemán, fueron muy populares en la alta sociedad de la época, razón por la cual los científicos, que usaban el latín como lengua de comunicación, desdeñaban su trabajo. Sin embargo, vista en perspectiva, se convierte no sólo en una pionera de la Historia Natural moderna, sino también de la divulgación, al publicar sus estudios en una lengua mayoritaria. A pesar de que su trabajo fue ignorado durante siglos, actualmente se la considera como una pionera de la entomología moderna. Su capacidad de observación y su extraordinario talento como artista la convirtieron en una incomparable transmisora de conocimiento, creando unas ilustraciones científicas que todavía en la actualidad se consideran como grandes obras de arte y aportes a la ciencia de primer nivel.
Texto extraído de: https://elbarroquista.com